Columna: La Hora del Té

Esta es una nueva columna del Potrero en la que se tratará el fútbol inglés de la Premier League. Un juego rápido, dinámico, basado en la potencia y en el toque de primera. Quizás sin mucho espacio para la gambeta, pero con un gran estadio para las emociones. Sin duda una liga muy atractiva... algo así como la hora del té.

Como en la Matrix: Azul o Roja...

Y si, la tarde en Inglaterra se tenía que teñir de uno de los dos colores para coronar uno de los clásicos más antiguos de la historia del fútbol: Everton v/s Liverpool.

Dos colores casi complementarios, pero que en la cancha tratan de hacer desaparecer al otro en base a un juego lapidario, como el comienzo de Liverpool, que de la mano de su figura y capitán Steven Gerrard - tercero en la lista del balón de oro - se ponían rapidamente en ventaja. El primer gol lo anotaría el gigante Peter Crouch, pero para sorpresa de todos, gambeteó al arquero y definió con el arco vacío. Iban tan sólo 11 minutos. El local no lo podía creer e inició una tibia reacción, que quedó en nada luego que Gerrard se armara el espacio y clavará un derechazo letal, a los 18 minutos los rojos ya se encontraban arriba y dominando el partido.

Pero cuando el primer período presentaba su ocaso, apareció James Beattie para poner el descuento luego de algunas piruetas dentro del área. Y de pasada, dejó la puerta abierta al segundo tiempo, para que el público disfrutara de los nervios y emoción propios de la incertudembre en un clásico de aquellos. El local todavía creía en el vamos que se puede!

El segundo tiempo sirvió para que Liverpool reafirmara su triunfo, y para que el Everton repartiera con todo, y bueno, tienen a Phillipe Neville que no se anda con chicas, y se fue expulsado 10 minutos después que Djibril Cisse anotará el tercer tanto para los diablos rojos (2' ST). Luego el espacio para el baile (tieso obviamente, estamos hablando de ingleses), para que los azules se perdieran un gol en la boca del arco y para que Mikel Arteta, que estaba sacado, se fuera expulsado por doble amarilla en 5 minutos, la primera por reclamar, la segunda por un patadón. Bien expulsado el español.

Un clásico con todo, le habían puesto pimienta antes de comenzar mostrando fotos de Gerrard niño y con la camiseta del archirival... les tapó la boca con un golazo, y besando la camiseta roja, con la que levanto "la orejona". Con emoción, con goles, con expulsados y con bronca... como los grandes clásicos en todo el mundo.

Con esto el Liverpool llegá a los 37 puntos (15 menos que Chelsea) con dos partidos menos. Podría quedar a nueve y ser el único seguidor de los Blues, al igual que el archirival... pero si les dieran elegir entre ganarles a estos y ganarle a Everton, claramente repiten la hazaña de la jornada 19... por pasión...