columna: La Hora del Té

Clásico de Manchester.

En Inglaterra cada partido se juega a muerte. Imaginense un clásico de ciudad. Y entre dos equipos que vienen de menos a más... y que no se pasan mucho. Partidazo.

El City planteó un partido inteligente, con delanteros que andaban filosos y supieron mantener la concentración para aprovechar cada contragolpe propio, y cada error de la defensa rival, sobre todo a la hora de salir del área, ya que nunca lo pudieron hacer al unísono y debilitaron sus posibilidades de provocar off-sides.

Así llegó el primer gol, cuando el partido favorecía levemente al United, y fue un centro que se desvio, y quedó Trevor Sinclair mano a mano con "Pinocho" Van Der Saar que nada pudo hacer ante la definición por bajo del delantero. Sorpresa? naaa, se veia venir el gol ya que United estaba inclinando la cancha a su favor, pero dejando enormes dudas en la retaguardia.

El segundo gol no tardo en llegar, también merced de la línea mal hecha por parte de los diablos rojos. Recibe Darius Vassell y mata. Dos cero y Van Nistelrooy no la apuntaba, Rooney fastidioso, Ronaldito en otro planeta y la defensa perdida. Estaba difícil el partido.

En el segundo tiempo, Ronaldito, liiiindo él, va perdiendo y tiraba bicicletas, tacos... no le resultó ninguno (no es que no estemos a favor de meter potrero, pero cuando se puede y sirve), y además, le repartieron. Tanto así que tomó revancha de una fuerte entrada y vio la cartulina roja al minuto 66. Lógico, estaba quemado. Es un gran jugador pero demasiado inmaduro.

El United mostró temperamento, garra y mucha dignidad, fue al frente a pesar de contar con un jugador menos. Ahí apareció el goleador, Ruud controló la pelota y de media vuelta clavó el descuento con 15 por jugar, el clásico caliente y los rojos jugados en ataque.

El City no se salió de su esquema, y le dió frutos. Su majestad el contragolpe coronó a Fowler con la tercera diana en la agonía del partido... y ya era todo celeste.

Celebra parte de Manchester, celebra Chelsea que cada vez ve más lejos a su escolta. Un partidazo! y a mil por hora!