Le metieron pasión a la Copa!
Y brindaron con la emoción del público...
Boca y River le metieron mucha pasión al primer superclásico del año. Toda la que faltó cuando se encontraron en el apertura y que termino en un magro 0 - 0 (el peor de los resultados para un clásico), cuando estuvieron metidos atrás, preocupados primero de no perder y después, derrepente, si se pudiera, ganar. Así no se juegan estos partidos, a lo mejor "el punto" era positivo, pero de espectáculo... nada. Los partidos se juegan como el sábado. Metiendo, jugando, alegando, haciendolas de guapo, aguantando y sobre todo, yendo al frente, porque nadie gana un partido jugando para atrás.
Eso el público lo vió y los fanas del deporte rey lo agradecemos. Brindaron emociones por montón, y fue como en el barrio, con un clima que le agregó más pimienta a un superclásico de aquellos, en los que el honor cuenta más que el resultado, y la vida queda en el campo de juego. Cuando corres a más no poder y el pitazo final te deja con gusto a poco, como si el partido hubiese sido de 15' por lado. Partidazo!
En la cancha, las cosas estaban parejas, con dos equipos que iban al frente, pero con un Boca que tenía las más claras, generalmente en los pies de "Joya" Palacio. Y antes de que finalizara el primer tiempo, fue el mismo Rodrigo quien metió un frentazo a un balón rebotado por Lux, luego de que Krupoviesa soltára toda la zurda en una de sus constantes subidas.
River intentó reaccionar pero no le alcanzó en el primer tiempo. Comenzó el segundo, que tenía preparadas más acciones para reventar las gargantas del agradecido público asistente. Y fue para Boca. Para el dos cero. Para los aplausos: el Negro Ibarra. Una corrida desde la derecha en que metió gambetas, encaró e hizó la clásica, ganó línea de fondo y centro atrás (que digo centro! pase a Palacio)
y Joya que mete el segundo. Golazo de Boca, jugadón del Negro. Otro golpe para un River que está más preocupado de polémicas internas, que de lo que pasa dentro de la cancha.
El honor estaba en juego, la dignidad y la vergüenza. Ante el archirival se pelea hasta el final. Y los millonarios, con más huevos que fútbol fueron al frente hasta conseguir el descuento. Lo anotó el Rolfi con un tiro bajo y esquinado. Y River mostró ganas, y le metió esfuerzo y arincono a los Xeneizes, pero cuando mejor se veían, vino otro golpe que lo dejo quizás tan frío como la lluvia, quizás tan oscuro como la noche. Cata Díaz que le mete fierro ante el vuelo esteril de Lux y la impotencia de una hinchada que entendía que la banda estaba dejando todo... pero no era suficiente. Tres a uno.
Ya en tiempos de descuentos Coti Fernandez marcó el segundo de River, pero no alcanzó el tiempo como para empatar un partidazo que, independiente de los colores, se debe agradecer por recordarnos que significaba jugar los domingos en la cancha del barrio...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home