La Fiesta.En Detroit, espectáculo total, estadio repleto, producción increible y los
Rolling Stones en el show de entretiempo. Algo más?, claro que sí, un partidazo para coronar semejante fiesta deportiva, la más observada en el mundo, la más esperada por los gringos, la más parafernalica.
El Partido.A la gran fiesta llegaban
Pittsburgh Steelers y
Seattle Seahawks, el último clasificado de su grupo y contra el primero respectivamente. Un choque que se preveía interesante por la forma en que neutralizaban sus potencialidades, de hecho, el primer cuarto se fue sin ningún touchdown, y claro, se estaban reservando la emoción para el final.
Los
Steelers se encontraron en un partido especial, le metieron barrio al asunto, jugadas de engaño y lo más importante: tuvieron la sangre para concretar las grandes jugadas. La primera, un acarreo de 75 yardas - el más largo en la historia del
Super Bowl - cortesía de
Willie Parker, que levanto a los Acereros y los metió de lleno en el encuentro. Después, las arriesgadas pero correctas decisiones de
Bill Cowher que le metieron pimienta a la final.
Las Jugadas.Hubo tres jugadas fundamentales en el partido. La corrida de
Big Ben (
Roethlisberger es el mariscal de campo más joven en ganar un anillo de campeonato) para lograr un primero y diez importantísimo, donde mostró todo el temperamento arriesgando el físico y se elevó como desafiante al no deslizar con los pies adelante.
La intercepción de
Ika Taylor a Matt Hasselbeck, muy buena primero porque frenó el avance de los
Seahawks y segundo, por el desenlace de la intercepción: la tercera jugada destacada.
Y la tercera jugada fue una de engaño que - haciéndole honor a su propósito - dejó mal parada a toda la defensiva de
Seattle: reversible para
Antwaan Randle, que se desplazó un tanto a su derecha y en movimiento, el ex mariscal universitario, ahora receptor en la
NFL, lanzó el pase de anotación que decidió el
Super Bowl XL. Quién lo recibió? Quién más?
Hines Ward, el MVP (
Most Valious Player) del encuentro. 43 yardas para el touchdown.
Defense! Defense!Ahora era la ventaja de los Acereros, y no pretendían dejarla escapar, una captura por ahí, el corazón en la mano, esa mano que ya sentía el anillo entre sus dedos; Ese corazón que latía a mil y sincronizaba con el de los fanas que esperaban con ansias la última rodilla en el suelo de
Big Ben. Y así fue el final, con todos sus ingredientes: emoción, alegría, euforia, balde de gatorade para
Cowher, poleras y gorros con la leyenda - muy merecida -
Pittsburgh Steelers Super Bowl XL Champions...
El invitado de piedraLos
Rolling Stones armaron un espectáculo típico de gringolandía, cantaron sobre la clásica lengua, pero el sonido fue pésimo, algo de censura, delay... mal.
MVPMención especial para
Hines Ward, el receptor que se convierte en el jugador más valioso en esta edición, y se transformó en el quinto WR (
Wide Receiver; Receptor Abierto) en lograrlo. Un fenómeno dueño de una concentración envidiable, intenso, rápido y certero. Un pase en un perímetro de 2 metros alrededor de
Ward, era avance seguro para los
Steelers, por eso, y por el último touchdown, levantó el trofeo y se llevó una pequeña camioneta a su hogar.
Mandíbula cumplióSí,
Bill Cowher por fin cumplió primero su sueño, y de pasada el del dueño de la institución Dan Rooney, es más, no dudo en dedicarle el merecido premio a la persona que le hizo el aguante tanto tiempo y que lo bancó cuando todos pedían su cabeza... o su mandíbula, da lo mismo.
Celebró junto a su familia, se comió el baldazo y por primera vez lo he visto sonreir más de 3 veces seguidas en un mismo partido. Muy merecido premio para el entrenador en jefe, que incluso es ahora el blanco de los rumores acerca de una posible incorporación al
Salón de la Fama... creo que le falta, pero sí sigue así...
La última parada del AutobusJerome Bettis (
El Autobus) se retira de la
NFL como jugador, obviamente de una u otra manera seguirá ligado al deporte que lo mueve, pero decidió parar, en su casa - oriundo de Detroit -, con su gente - emblema de los
Steelers -, y levantando el Super Tazón. Habrá soñado un retiro distinto?
Un partido lleno de emociones, como suelen ser estos encuentros. Estadio repleto y millones de personas observando en el mundo. Minutos publicitarios millonarios y reconocimiento de los pares... pero eso de nada importa cuando tienes el honor de levantar el trofeo... el
sentir el orgullo de ser Campeón...