Nuevamente se ha tildado de sorpresiva la eliminación germana, pero si analizamos los antecedentes - que no son un argumento tan consistente - y la actualidad - que si es consistente en la
clasificación azzurri - podemos llegar a decir que la sorpresa no es tal.
Italia siempre le ha ganado a
Alemania, antes del
Mundial sembró dudas sobre Klinsmann cuando le metió una goleada de proporciones. El recuerdo del partidazo mundialista del 4 a 3 vino a la memoria germana, y desesperaba, asustaba, golpeaba... Pero soy un convencido de que todos esos argumentos, a la hora de entrar a la cancha, no influyen tanto como para pensar en un marcador favorable a uno u otro.
Ahora bien, la actualidad es la que nos da la sensación de que el partido se lo llevaba
Italia. Por qué?. Porque hasta ahora, la defensa más dura que habían enfrentado los locales, era la Argentina, que nunca fue considerada como tan férrea. Entonces, a los alemanes ya les costó ganar uno en la primera fase, qué iba a pasar ahora que se enfrentaba a una de las mejores defensas? a uno de los
mejores arqueros? a uno de los mejores contragolpeadores?...
El partido fue emocionante, como que se acordaron que estaban jugando un Mundial. Metieron con todo, friccionado, jugado, y con
Italia teniendo las mejores posibilidades,
Alemania intentando ser protagonista. El partido completo estuvo lleno de emotividad, la palabra clásico le calzó perfecto al encuentro. De todas maneras, a ratos, sobre todo en el final, asomó ese fantasma que se está apareciendo en todos los mundiales, jugar primero a no perder y si se puede... ganar.
Alargue no apto para cardiacos. Lippi sorprendio con cambios ofensivos, sobre todo cuando ingreso el gran Alex, el interminable Del Piero por Perotta. Y el mensaje estaba enviado,
Italia iba a por la victoria... no quería penales, a pesar de tener a Buffon en el arco, quizás pensando que
Alemania ya tenía la confianza de haber ganado una la llave anterior... quizás recordando
USA '98 y sus penales fallidos, quien sabe. Lo que importa es que se la jugó, fue adelante - por fin - quizó ganar y ganó, demostrando que no es necesario ser
ratón para avanzar.
En el ocaso del segundo de alargue vino la fiesta italiana, pase de Pirlo a Grosso y este la pone al palo más lejano de Lehman que nada pudo hacer, superando así el bosque germano establecido en el área de los locales. Locuuuuuuura, la azzurri que celebraba como loco, y el estadio silente que no lo podía creer.
Una cosssssa de locossssss.
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Todavía el primer golpe no era asimilado ni por victima ni victimario cuando vino un contragolpe letal, y Gilardino dejó mano a mano a Alex, y él, tremendo, frío, excelente, lleno de calidad la picó y la puso al ángulo contrario. Golazo. Clasificación. Fiesta en Roma, Bari, Venecia y el Vaticano. Fiesta en la Bota. Dolor, angustia, en
Alemania, se sentían en la final, ya se sentían campeones... el golpe es más duro aún.
Las lágrimas diluyeron el rojo amarillo negro de los rostros, pero peor aún, el corazón se sentía apretado... el tiempo pasa volando, pero
4 años parece demasiado...Italia pasó merecidamente, y me dió gusto incluso, porque ganó el que fue al frente, el que lo quizo ganar, el que atacó y no el que quería llegar a los penales (como el partido pasado). Me dió gusto porque fueron golazos y no producto de un centro gol, dos cabezazos en el área gol o un tiro de 450 mts de otro partido. No. Goles de fútbol. Goles de
Italia,
el primer finalista en Alemania 2006.